sábado, 20 de marzo de 2010

ACTIVACIÓN FÍSICA


La obesidad y la diabetes se han convertido en problemas de salud pública. En México más de la mitad de la población sufre alguna de estas dos enfermedades que en casos extremos pueden ser discapacitantes.



Por ello, se ha implementado un programa que ha llamado mucho la atención entre los más beneficiados, los alumnos.



De manera general, el programa “Por un México Activo”, centra sus metas y objetivos en promover acciones que propicien la disminución del sedentarismo entre los mexicanos, destacando los beneficios que proporciona la práctica regular y sistemática de una actividad física, a fin de influir en el incremento su calidad de vida.

Así pues, a través de juegos y ejercicios atractivos, se puede atraer a los estudiantes hacia la práctica física, como un entretenimiento que atrae consecuencias favorables, no solo a nivel biológico, sino tambien con una repercusión directa con su salud mental y emocional.

Realizar ejercicios con música, anima a los alumnos y hace divertidas las sesiones.

Intentálo, verás los resultados positivos.

MAS INFORMACIÓN EN:

http://www.deporte.org.mx/culturafisica/pnaf/index.html

Justo Sierra y la obra educativa

Justo Sierra y la obra educativa del porfiriato, 1910-1911


Por: Janeth Gabriela Jiménez Aquino



El capítulo de Benito Juárez en la historia de México representa apenas la elección del terreno sobre los cuales el nuevo estado mexicano obtendría sus frutos. Con la ley Juarez, la constitución de 1857 y la expedición de las leyes de reforma se marca definitivamente la ruptura entre iglesia y estado, además con la aceptación de la libertad de creencias se rompe el compromiso de los ciudadanos con la única creencia religiosa aceptada hasta ese entonces.

Lo anterior, es un símbolo que posteriormente acuñaría dentro del país una nueva corriente ideología que marcaria el rumbo de la nación. Su principal representante Augusto Comte apostaba hacia la experimentación y comprobación como único origen del verdadero conocimiento. El positivismo instalado durante los años posteriores al 1900 repercutió fuertemente en la educación desarrollada en el porfiriato. Así, al acceder Justino Fernández a la Secretaria de Justicia e Instrucción Pública, Justo Sierra queda encargado como subsecretario.

Entre las características de la época positivista de la educación mexicana se encuentran:

Se creó el Consejo Superior de Educación Pública, integrada por directores generales de instrucción primaria y de enseñanza normal, directores de escuelas profesionales y especiales. Los trabajos realizados por este consejo son: planes de estudio, programas de enseñanza, métodos pedagógicos, libros de texto y otros materiales de trabajo. La misión primordial era unificar la educación pública en escala nacional.

Otra figura que destaca es Rebsamen quien fungió como Director General de Enseñanza Normal, paralelo a esto, Miguel F. Martínez se convierte en director general de instrucción primaria. Posteriormente, en enero de 1904 se establecen dos jardines de niños en la Ciudad de México: Federico Fröebel dirigido por Estefania Castañeda y Enrique pestalozzi a cargo de Rosaura Zapata.

A la muerte de Rebsamen en ese año, se contaba ya con personal docente preparado en las escuelas normales y en todo el territorio nacional se habían establecido escuelas preparatorias, profesionales o especiales. Dirigidos todos los esfuerzos hacia la excelencia pedagógica, se buscaba en lo didáctico el uso del método experimental en la enseñanza de las ciencias naturales y del método objetivo en otras disciplinas. Todo inspirado en los escritos de Comte, Litre, Mill y Spencer, en cuanto a la ideología política el liberalismo clásico era interpretado y puesto en marcha por los hombres de reforma.

La función social se observa en el plan de educación al servicio del pueblo, así encontramos hospicios o asilos destinados a niños huérfanos y un apoyo que marca precedentes es la instalación de las casas amigas de la obrera y en el caso de la inclusión están las escuelas para ciegos o para sordomudos. Además la presencia de las escuelas laborales femeniles, como la corregidora y la Lerdo, fungieron como piedras angulares en el tema de inclusión de las mujeres, pues como lo predicó Justo Sierra “La inferioridad de las mujer es una leyenda que ha concluido hace mucho tiempo”.

En 1908 se presenta un debate sobre la dualidad educación e instrucción ya que se debía reconocer uno de los dos conceptos para poderlo plasmar en una ley que regularizara el servicio prestado en las escuelas, Justo Sierra entonces, opta por adoptar la palabra educación, definida por el articulo 1° como “Las escuelas primarias oficiales serán esencialmente educativas, la instrucción en ellas se considerara solo como un medio de educación”.

A partir de tal pronunciamiento se refuerzan la gestión educativa, promoviéndose la educación integral y con carácter nacional, en donde se pretendía forjar el carácter del ciudadano mexicano que extendiera su identificación nacional hacia un movimiento de patriotismo que será elemento importante para la lucha emprendida en los años próximos. De esta forma, se impartía introducción de la historia patria, geografía elemental de México, civismo constitucional mexicano, lengua nacional entendida ya como el estudio del español hablado en México.

Así la filosofía educativa estaba destinada al culto del amor a la patria mexicana, la fidelidad a sus instituciones y la consagración entusiasta a la empresa del progreso de la nación y el perfeccionamiento de sus habitantes.

Por otro lado, siguiendo la línea Juarista pero siendo un poco más accesible, Justo Sierra expresó que el conflicto entre ciencia y religión no existía, de esta manera se establece el laicismo en la educación.

En el sentido filosófico la corriente del liberalismo intentaba impregnarse en la sociedad tradicional y conservadora y es traducido en México como orden social, y así era definido:

“¿Quién era el mandatario del orden social? El estado. ¿Y del estado? El Gobierno. ¿Y del gobierno? El dictador”.

Anunciando el rechazo y aún más el ocaso del porfiriato surge un movimiento filosófico que promueve una dura crítica hacia el positivismo rígido que la dictadura había adoptado en el área educativa, este movimiento fue denominado el Ateneo de la Juventud, integrado por grandes filósofos mexicanos como Antonio Caso, Alfonso Reyes, José Vasconcelos, entre otros. Mismos que promovían una libre cátedra, la libertad de pensamiento, el análisis exhaustivo de la organización de enseñanza, la instauración de nuevos valores y la verdadera preocupación por una identidad mexicana que más tarde Vasconcelos llamaría “Raza cósmica”.

A la par del proceso educativo la situación política, social y económica hacía eco del estallido de una crisis que ya no podía ser sobrellevada por la golpeada sociedad mexicana que estaba principalmente formada por campesinos desterrados de sus propiedades y obreros que veían con impotencia como los grandes burgueses se aprovechaban de la necesidad en la que vivian sumergidos.

Eran muchos los que esperaban un cambio en el gobierno. En vísperas de elecciones Díaz ofrece una entrevista a James Creelman en la que expresa que México está preparado para una transición presidencial, aunque posteriormente, la misma historia desmiente los anhelos del dictador, quien vuelve a reelegirse, sin darse cuenta que la sociedad mexicana necesitaba urgentemente un respiro y Fracisco I. Madero se lo hizo saber con su famosa frase “Sufragio efectivo, no reelección”, remitiendo a Díaz al exilio.

Así pues, el rígido sistema judicial, la absurda inclinación hacia capitales extranjeros, la casi nula esperanza de superación y las constantes persecuciones y ejecuciones de líderes hicieron inevitable el derrocamiento de la dictadura porfirista para terminar con una etapa de la historia mexicana caracterizada sí por el progreso y el avance industrial, pero a un precio muy caro, el bienestar de pocos y el malestar de la mayoria.



BIBLIOGRAFIA:

Solana, Fernando (1982) Historia de la Educación Pública en México, México, F.C.E.

CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO